Por Editorial Radio Nonguén-. Ya es una postal clásica la entrada al sector Nonguén, precisamente en la equina de Camino Nonguén con Los Mañíos, al lado de uno de los icónicos logros de los últimos años; el Estadio Nonguén. Y valga la contradicción que, justo a metros de un recinto que incentiva el deporte, la vida sana y el esparcimiento, se aposten ciudadanos en extensas jornadas diarias, simplemente a compartir alcohol y contemplar el paisaje. Intentaremos analizar las causas y soluciones a un tema nunca abordado y que, para muchos, afecta la calidad de vida del sector.
Camino Nonguén es la vía estructurante más importante del valle, conecta el sector de Collao con el Parque Nacional Nonguén. Po0r lo tanto, por esta vía transitan diariamente los habitantes de Nonguén que concurren a sus trabajos, estudios y distintos quehaceres. Uno de los puntos neurálgicos de esta vía es justamente la esquina de Calle Los Mañíos y Camino Nonguén. En esta esquina concurre un verdadero centro cívico al esta a solo metros el Estadio Nonguén, El Centro de Salud Familiar Villa Nonguén, el Colegio Villa Nonguén y la Subcomisaria de Carabineros Nonguén, adicional al comercio abundante en dicha zona. Por lo anterior es muy sensible para la comunidad, poder observar desde tempranas horas hasta el cierre de cada jornada, entre 1 a 15 ciudadanos que beben alcohol y tienen como estancia social esta esquina. La mala imagen de entrada al sector ya es «chocante» pero, quizás se escinde una realidad soterrada detrás de estos ciudadanos que no son necesariamente delincuentes como algún afuerino podría presumir.
Primero hay que establecer quienes son aquellas personas. Pues bien, son en general varones, que fluctúan entre los 25 y hasta 65 años de edad y más. Así es, adulto y adultos mayores que principalmente están sumidos en un alcoholismo no tratado. Cabe entonces preguntarse cual es el domicilio de dichas personas adultas y cuál es la injerencia, si es que la hay, de las familias procedentes. A esta interrogante también hay que sumar cuales son las expectativas propias de aquellos que hacen de esta esquina un lugar para sociabilizar con sus pares, quizás es un lugar para visibilizar otras problemáticas de salud o familiares, adultos que en días de frio e incluso lluvia, deberían esta a resguardo.
La basura de algunos es tesoro de otros; recurrentemente se aprecian sillones y frazadas apostadas para hacer más ameno el pasar diario en esta esquina. De dónde vienen estos elementos?. Reiteradas son también las veces que, la autoridad municipal ha retirado estos enceres por, en rigor, estar en la «vía pública» y constituir una especie de microbasural. Años atrás también por gestión de dirigentes, se procedió a la corta de arboles, entre Sauces y Álamos, como medida de evitar que estos ciudadanos capearan el sol y el calor en verano, tal cual medida como «el sofá de Don Otto».
QUE ES EL ALCOHOLISMO
Hay que considerar que el Alcoholismo es una enfermedad. Es una enfermedad crónica donde el individuo no puede por si solo controlar la ingesta de bebidas etílicas y esta ingesta es cada vez mayor para, obtener los mismos resultados de embriaguez y otras sensaciones. Ocasiona daño a diversos órganos y puede ser mortal, aunque el daño antes de la muerte es el deterioro del raciocinio. Como tal enfermedad, esta necesita de un tratamiento integral que indispensablemente consiste en ayuda médica y sobre todo del entorno inmediato, es decir, la familia o el cuidador determinado, junto con un riguroso sistema de supervisión. Por lo tanto en este caso, hay que asumir que nos enfrentamos a un tema de salud necesariamente en primer lugar.
LA ENAJENACIÓN DE LA FAMILIA
Los amigos ciudadanos que pasan estas largas jornadas en la esquina de Camino Nonguén con Los Mañíos tienen, al menos según registros formales, una familia detrás, de diversa composición. La primera inferencia es que, es muchas veces más fácil tener al enfermo alcohólico fuera del abrigo y núcleo familiar a hacerse cargo al interior de este por lo que la calle, resulta una solución cómoda so-pretexto de que es «inmoral» beber alcohol desmedidamente. Por tanto, aquí, tenemos otra arista; el alcoholismo es un tema de familia, y aquí existe una enajenación.
LA VINCULACIÓN CON LA SOCIEDAD
Es recurrente escuchar reclamos respecto de la imagen que pueda presentar una postal de entrada al valle natural, al ver a un grupo de «curados» de mal aspecto con bebestibles en la mano. Pero esto también constituye un tema de organización vecinal y de articulación de las instituciones que deberían atender estas situaciones de calle y salud. Un deber de los dirigentes sociales así como, se articulan gestiones respecto de la urbanización u otras problemáticas es también velar por la calidad de vida desde el punto de vista de la convivencia social, un tema muy poco abordado. Esto también es producto de los individualismos que imperan en la sociedad actual del país; «Tu problema no es mi problema».
En el tiempo, no podemos desconocer que en el Valle Nonguén se han perdido grados importantes de convivencia vecinal fraterna. Son escasas las instancias de interacción entre los vecinos desde el punto de vista cultural, social y la sana explotación de la fraternidad entre las personas. Son escasas las instancias de antaño; festivales de primavera, actividades culturales, de canto, de baile, talleres de lectura, talleres de tejido y, tantas otras que tenían como resultado que, la interacción de los vecinos era enriquecedora y colaborativa. Quizás se han perdido estas costumbres en la vorágine del los tiempos actuales donde hay que atender con premura las necesidades que nos plantea el consumo, como algo natural. El desarrollo vecinal no termina con la sola consolidación de metros cuadrados más o menos de pavimento.
PROBLEMA DE SEGURIDAD CIUDADANA
Si, lamentablemente constituye un problema de seguridad ciudadana. Junto al aspecto deteriorado del entorno, aquí hay una ocupación de una vía pública y una transgresión a la ley que, entre otras cosas, prohíbe el consumo del alcohol en la vía pública. La sola presencia a menos de 300 metros de la Subcomisaria Nonguén de Carabineros no ha mermado en lo absoluto que este problema disminuya y por el contrario, ha tenido cierta consolidación. A esto se adiciona que en muchas de estas largas jornadas de alcoholismo callejero se sumen individuos ya no tan adultos, en el camuflaje del paisaje, a otras actividades molestas para el resto de los vecinos que transitan en el lugar. También aquí hay articulaciones de la sociedad organizada y las instituciones que no han perseverado.
Al cierre de esta nota (que podría ser más extensa), solo se pretende instalar en la mesa pública, una conversación que está pendiente de tener desde hace mucho tiempo. EL alcoholismo callejero no es nuevo en Nonguén, es de larga data y en diversos lugares y plazas, solo que ahora se hace más evidente al consolidarse en un punto urbano centralmente visible. Es necesario asumir las realidades para posteriormente enfrentarlas y dar soluciones. Principalmente la idea es dar lugar a la reflexión que esta «postal de entrada» a nuestro preciado valle natural no es más, que un reflejo del espíritu reinante en estos días; la enajenación con nuestros pares, de aquellas situaciones que nos incomodan y no queremos dar mayor ocupación. Vecinos, dirigentes, organizaciones e instituciones, deben dar lugar a abrir espacios de generación de vías a construir una vecindad de calidad humana, tan necesaria en estos tiempos.
Editorial Radio Nonguén.