Por Jorge Pozo M.
Las bombas sucias son artefactos explosivos que contienen partículas o polvos radiactivos que son diseminados en el ambiente por la explosión. Es necesario diferenciarlas de las bombas nucleares que al detonarse liberan energía nuclear generando procesos de fisión o fusión nuclear, lo que a diferencia de las anteriores les confiere una potencia temible.
De este modo, el gran riesgo inmediato de la detonación de una bomba sucia está asociado a la explosión misma de su carga explosiva, tal como una bomba común, sin embargo, al portar material radiactivo la explosión lo diseminará exponiendo el área de explosión a contaminación con dicho material, cosa que obligará a evacuar el área y mantenerla aislada y bajo control e inspección radiológica continua por largo tiempo, lo que si significa daño económico de importancia.
Es necesario además tener en cuenta el efecto sicológico sobre la población, lo que puede traducirse en huidas descontroladas y en el mediano plazo, cuestionamientos a la seguridad interna y sobre el sistema político.
Si se enfrenta a la explosión de una bomba sucia cubra su piel con capas de tela (ropa, frazadas), lo mismo que las vías respiratorias y orales, aléjese de la nube de polvo o resguárdese bajo estructuras de edificios, cierre todas las puertas y ventanas, bloqueé ductos de ventilación, retírese la ropa y elimínela, cubra nuevamente su cuerpo con abundantes capas de telas, proteja vías orales y respiratorias y aléjese del lugar.
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