Matanza Oficina Salitrera La Coruña

Matanza Oficina Salitrera La Coruña

En los meses anteriores a junio de 1925 Chile vivía una creciente agitación social que buscaba mejores condiciones laborales en su más amplio sentido, sueldos, horarios, condiciones de seguridad laboral, seguridad social entre otras. En la zona norte del país, en los cantones salitreros, se sentía fuertemente esta agitación social. Por ello el gobierno de Arturo Alessandri Palma impulsado por los capitales ingleses que dominan la pampa nortina inicia una escalada de acciones con el objeto de controlar la agitación.

En Iquique se cierran los periódicos El despertar de los Trabajadores y El Surco, se arrestan a 30 dirigentes sindicales y se envía contingente de la armada y ejercito a la zona. Hacia fines de mayo de 1925 el gobernador de Pisagua  inicia los arrestos de trabajadores y dirigentes sindicales salitreros, lo que desata la solidaridad obrera quienes declaran la huelga en 10 oficinas del sector. En dos de ellas, las oficinas Alto de San Antonio y La Coruña, los obreros siguiendo el ejemplo dado por los obreros de la oficina  Marusia tres meses atrás, forman un comité de auto defensa y toman control de las instalaciones.

El 04 de junio de 1925 Iquique amanece paralizado por una huelga general, a la que  concurren  obreros marítimos, ferroviarios, conductores de carretas y paraliza 124  oficinas salitreras del norte grande, la agitación obrera corre como un relámpago por la pampa nortina, la posibilidad de una huelga general en Chile atemoriza al gobierno quién  declara estado de sitio en las provincias de Tarapacá y Antofagasta y envía tropas de ejército a someter a los pampinos. Se producen enfrentamientos entre obreros y militares en las oficinas Felisa, Barrenechea, Argentina, Pontevedra y Huara.

Este es el preludio de una de las matanzas más grandes y olvidadas en la historia obrera chilena

Con los obreros salitreros del norte grande paralizados y la oficina La Coruña tomada, el amanecer del día 05 de junio de 1925 encuentra a La Coruña rodeada por fuerzas del ejército y la marina, éstos se encuentran armados con artillería y ametralladoras de grueso calibre, además de fuerzas de caballería e infantería. Los obreros organizados y sus familias que han deciden hacer frente a las fuerzas militares se atrincheran en las instalaciones de la oficina, su resistencia será similar a la de los obreros de Marusia tres meses atrás, tiros de dinamita, algunos fusiles recuperados al interior del campamento y armas cortas.  La noticia de que oficinas salitreras cercanas han sido atacadas con artillería y metralla los lleva a parlamentar y rendirse, situación aceptada por el capitán Enrique Caballero, sin embargo, la rendición no es aceptada por el mayor Acacio Rodríguez, quien da la orden de recuperar el campamento a sangre y fuego, para ello bombardea con artillería y ametralla las instalaciones, posteriormente envía la caballería y tropas de asalto para copar el campamento.

No contento con recuperar la oficina, realiza fusilamientos masivos de obreros prisioneros y se place en permitir la huida de algunos de ellos para asesinarlos por la espalda con tiros a distancia, situación conocida como “palomeo”.

El asalto a la oficina La Coruña deja una cantidad de muertos indeterminada, dado que se estima (según las diversas fuentes consultadas) que entre 600 y 2.000 personas fueron masacradas en un acto solo compatible con el objetivo de atemorizar al movimiento obrero chileno, toda vez que, lo desproporcionado de las fuerzas enfrentadas hacían saber de antemano que los obreros atrincherados no eran un peligro para las fuerzas que los rodeaban, de hecho en el asalto no hay bajas entre las fuerzas militares.