Etimológicamente Nonguén en mapudungun quiere decir, lugar para vivir, también se traduce como vivir bien.
La historia indica que el Valle Nonguén era un lugar de paso y descanso de caravanas mapuches. El toque Lautaro, desde Trehuaco, se juntaba con otros caciques en lo que es hoy el sector Pedro de Valdivia, para planear la guerra de Arauco. En su travesía, dese Trehuaco pasaba por lo que es hoy sector Paraguas, Puente 1, Palomares y Nonguén, dónde se daba lugar a descanso y rogativas para finalmente cruzar hacia Pedro de Valdivia. Esta ruta se denominaba «Camino del Indio» y el paso sobre nivel de la autopista a Cabrero al sector Palomares lleva su nombre por tal motivo.
El territorio que hoy conocemos como Nonguén, entra en la historia formando parte de lo que en los mapas de la época se conoce como Corregimiento de Puchacay, y más específicamente, el Valle de Puchacay. Nonguén como tal, no existía en la cartografía colonial.
Antes de la conquista española esta zona estuvo poblada por mapuches. Se dice que en estas tierras residía un cacique llamado “Nonguén” , de quien tomaría el nombre este territorio.
Desde 1786 el Corregimiento de Puchacay forma parte de la Intendencia de Concepción. Por tanto, Nonguén entra a formar parte del nuevo Concepción (Recordemos que 1765 se trasladó definitivamente la ciudad de Concepción a su actual ubicación).
Esta correspondía administrativamente a la Villa de San Juan Bautista de Hualqui, ubicado a orillas del río Biobío. En el 1799, esta cambia a la Villa de San Antonio de La Florida, que anteriormente fue regida por el Subdelegado de Puchacay. En 1823, cambia su denominación a Delegación de Puchacay, con la Constitución de 1833, pasa a denominarse Departamento de Puchacay. Luego con la ley de 30 de agosto de 1926, que organiza la República, integra la nueva Provincia de Concepción, y hoy forma parte de la comuna de Concepción.
La ocupación histórica del lugar data de tiempos de la Conquista Española, siendo el uso agrícola y la producción de combustible como leña y carbón vegetal las actividades más importantes que se han desarrollado. Tal fue el grado de importancia de las actividades forestales, que el sitio que actualmente se conoce como Fundo Nonguén y los demás cerros circundantes de bosque caducifolio existente es en realidad un bosque de renovales. Lo que nos demuestra la intensa actividad forestal donde la producción de leña y carbón vegetal eran una de las principales fuentes de energía que abastecían a la Ciudad de Concepción, en tiempos anteriores a las explotaciones mineras de Carbón de piedra de la cuenca de Arauco, que recién en la segunda mitad del siglo XIX comienzan su actividad extractiva.
Diego Antonio De Elizondo Prado, entre 1841 y 1846 fue obispo de la diócesis de Concepción. En algún momento de su carrera eclesiástica adquiere los terrenos que hoy son Puchacay y el Valle Nonguén. Siendo (hasta ahora), el primer propietario conocido y registrado de estas tierras.
En tiempos coloniales existió un molino movido por agua en el curso inferior del Estero Nonguén, a la altura de la Universidad del Bío Bío actualmente.
Actualmente en el sector Vegas de Nonguén existe una calle que se llama El Molino, que nos recuerda a todos los nongueninos que, alguna vez existió aquí un Molino. No existe claridad si este molino se ubicaba en el río Andalién o en el Estero Nonguén.
Hasta 1950, Nonguén era conocido como una zona de chacras y de producción agrícola, cuyas tierras estaban en manos de dos familias que aún residen en el lugar, los Castellón y los Inostroza.
Fue producto de una serie de acontecimientos entre los cuales figura el terremoto del 21 de Mayo de 1960, que afecto a todo el sur del país, y la creciente demanda por nuevos terrenos para dar solución a la creciente población, principalmente de origen campesino( migraciones campo-ciudad de este periodo) lo que impulsa la necesidad de contar con nuevas tierras para la expansión urbana.
Concretamente, el 30 de Octubre de 1960 se organiza el primer comité de pobladores de Nonguén, entre cuyas primeras figuras estaban el extinto Dirigente Juan San Martín, los ex dirigentes vecinales Guillermo Ávila, Pedro Aedo, y René Moreno. Desde 1963 se comienzan a parcelar y a vender terrenos en lo que fuera la antigua Chacra Castellón. Los terrenos de la sucesión Inostroza se subdivide y vende a partir de 1973, estos fueron adquiridos por una Cooperativa de viviendas integrada por 200 socios, todos nuevos residentes.
Los primeros lotes de tierras que salen a la venta en Nonguén, corresponden a unos sitios que circundaban el Estero Nonguén y pertenecían al Club Social y Deportivo Lord Cochrane de Concepción, tierras que esta institución había adquirido a su vez a Don René Castellón Cruz, quién las había vendido a muy bajo costo a este club, movido por el declive de la actividad agrícola del lugar y la creciente amenaza de tomas de terrenos. De esta forma, salen a la venta sitios de gran tamaño y de muy bajo costo, esto debido a la ausencia total de urbanización, lo que define en gran medida la naturaleza e identidad del lugar, paradojalmente a pesar que dista tan solo unos cuantos Km. de Concepción, hasta no hace poco tiempo, la “Junta de Vecinos” del lugar tenía estatutos de zona rural, situación que cambia recién a finales de la década del 90.
Con este paso, se comienza a poblar el Valle Nonguén, en tierras que antaño eran ocupadas en chacras y potreros de pastoreo, de esta forma se inicia un lento proceso de urbanización en donde la ciudad se hace cada vez más cercana. Una característica que tiene el lugar y que los pobladores siempre recalcan es que en gran medida los avances urbanos desde un comienzo fueron realizados por ellos, en un trabajo equivalente al de colonización. De este modo, primero fueron sus casas, luego sus calles, después vendría la construcción de acequias, caminos y puentes, veredas y senderos por donde caminar en los torrenciales inviernos, puentes por donde cruzar el curso del estero en el sector.