Y DESPUÉS… NO DIGAN QUE NO LO VIERON VENIR ¡

Y DESPUÉS… NO DIGAN QUE NO LO VIERON VENIR ¡

Por Luis Navas Brûlé, de Creación Ciudadana – 
El 7 de octubre del año pasado un grupo de estudiantes saltaba los torniquetes del Metro en señal de protesta por el alza de los pasajes. El 18 de octubre miles de personas salieron a las calles de todo el país a manifestar su descontento por las pensiones, la educación, la salud, las injusticias, el clasismo, la falta de equidad, etc. y finalmente por cambiar la Constitución del 80.

Días después el presidente, sus ministros, algunos parlamentarios y connotados connacionales declaraban: “no lo vimos venir”. Las protestas sociales fueron en aumento hasta que el 15 de noviembre, a puertas cerradas y sin consulta ciudadana, los honorables congresistas acordaron realizar un plebiscito con dos simples preguntas: ¿Quiere usted una nueva Constitución? y ¿Qué tipo de órgano debiera redactar la Nueva Constitución?.

Este simple acto debía poner término a las manifestaciones ciudadanas y debía generar una Nueva Constitución. Un año después, El 25 de octubre la respuesta de la ciudadanía fue contundente, el 80% de los chilenos quería una Nueva Constitución y el mismo 80% quería que ésta fuera redactada por la
ciudadanía excluyendo de este acto a los actuales parlamentarios.
Lo que la ciudadanía no sabía era que los partidos políticos y los propios parlamentarios habían acordado otra cosa.

¿Nueva Constitución?.
Las condiciones impuestas en el Congreso hacen que existan algunas “detalles” que imposibilitan este deseo; los artículos de esta Nueva Constitución no se escribirían con el acuerdo de la mayoría, se escribirían con la venia de la minoría, bastará que un tercio de los constituyentes se oponga a lo propuesto por la mayoría para que estos artículos no se incluyan, y para ello se acordó un quorum de aprobación de dos tercios o lo que es peor, se aceptó que un tercio pueda bloquear cualquier intento de redacción de esta Nueva Constitución.

Se hace difícil escribir una Nueva Constitución, el deseo del 80% de las personas parece que no se hará realidad. La segunda pregunta hace referencia a quién redactaría la Nueva Constitución. El 80% de los votantes escogieron que lo hiciera una Convención Constitucional integrada por ciudadanos elegidos  democráticamente y no fuera una Convención mixta integrada por una parte
con miembros del Congreso y por la otra con ciudadanos, o sea, no querían la participación de los parlamentarios -representantes de los partidos políticos- en este proceso. La Constitución para el Pueblo y con el Pueblo.

Como el ave Fénix. Los mismos políticos rechazados por la mayoría el 25 de octubre renacen hoy con más fuerzas. Ya los partidos políticos hablan del término de los antiguos pactos electorales y de la creación de otros nuevos. Los partidos buscan renacer después de su derrota. Los constituyentes serán propuestos por aquellos rechazados ese 25 de octubre, da lo mismo el 80%.

En su afán de figuración, los partidos políticos participarán “democráticamente” en la elección de constituyentes, sin importar que todos los análisis de escenarios pronostiquen una derrota contundente del Pueblo, y el triunfo de quienes no quieren realizar los cambios exigidos, si se participa con varias Listas Electorales en el proceso electoral. El resultado es previsible. El 11 de abril del próximo año después de abiertas las urnas y con los votos ya a la vista, observaremos con indignación los resultados, Chile Vamos obtendrá más de 52 convencionales constituyentes, o sea, más del tercio necesario para bloquear el sueño y la esperanza del 80% de los
chilenos.

Un pequeño grupo de personas que defienden sus intereses personales, grupales o sectoriales se habrán impuesto una vez más a los deseos de la inmensa mayoría.
La Historia se repite, nuestra Historia se repite, unos pocos impondrán su voluntad a unos muchos. Como cada acción tiene su reacción, a partir del 11 de abril en la noche, las barricadas, manifestaciones populares, protestas, vandalismo, saqueos, heridos, muertos y Carabineros acusados de violaciones a los Derechos Humanos será la respuesta a la indiferencia y sordera actual.

Y después no digan que no lo vieron venir.

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