Por Radio Nonguén – La movilización que desencadena esta matanza se origina por la negativa del ferrocarril
Antofagasta – Bolivia (FCAB) en manos de capitales ingleses, ante la petición de sus
trabajadores de extender el horario de colación en media hora más. La petición se funda
en que la mayoría de los obreros vivía en zonas periféricas de la ciudad y cualquier
atraso era descontado, además dicha extensión horaria se hacía en la zona central del
país por lo que se consideraba una demanda justa.
Las primeras movilizaciones se realizan el 20 de enero impulsadas por las Mancomunales Obreras y sindicato de
trabajadores del FCAB, y a ellas se unen trabajadores de otros rubros, lancheros,
cargadores, carretoneros y dependientes de comercio.
Con fecha 29 de enero los trabajadores votan la huelga general en Antofagasta, lo que
paraliza la ciudad el día 30, generándose marchas masivas y disturbios. El Comité de
Huelga inicial no es reconocido por la administración del ferrocarril, lo que dilata y
complica el frágil orden social, finalmente la administración acepta extender en media
hora el horario de colación, en la medida que esta media hora se agregara al término de
la jornada laboral diaria, lo que no es aceptado por los trabajadores quienes mantiene la
huelga.
La oligarquía empresarial, comercial y mercantil de Antofagasta responde creando milicias
civiles denominadas “guardia de orden”, las que son amparadas por el Intendente Daniel
Santelices, siendo preparadas y abastecidas con armamento proveniente del Regimiento
7° de línea. Además la intendencia solicita refuerzos al nivel central, quien responde
enviando a la marinería embarcada en la fragata Blanco Encalada, los que al llegar a
Antofagasta se unen a la “guardia del orden”.
El día 06 de febrero de 1906 miles de huelguista y sus familias se convocan en la plaza
Colón de Antofagasta y son rodeados por la “guardia del orden” lo que provoca molestia y
da inicio a enfrentamientos entre los huelguistas y la citada “guardia”, estos últimos hacen
uso de armas de fuego y disparan a la multitud de obreros y sus familias, lo que huyen de
la plaza siendo emboscados por fuerzas de la marina en las calles Washington y
Balmaceda, quienes también disparan sobre los obreros.
No existe una precisión respecto a los muertos, pero se estima entre 100 y 300 los
obreros y familiares asesinados.