Océano como Sumidero de Dióxido de Carbono

Océano como Sumidero de Dióxido de Carbono

Radio Nonguén – Como hemos mencionado en los artículos anteriores el dióxido de carbono, CO 2 , uno de
los grandes responsables del cambio climático ha visto crecer sin freno su concentración en la atmósfera desde la revolución industrial en adelante, siendo el último tercio del siglo pasado y lo que llevamos de éste, épocas de grandes aportes de CO 2 al ambiente producto de la generación de energía utilizando combustibles fósiles (carbón, gas,petróleo y sus derivados), como base de los procesos industriales que han soportado el
crecimiento productivo de la humanidad.


El CO 2 ha existido naturalmente en el medio ambiente como parte de los compuestos
químicos que participan de los procesos naturales que se desarrollan en nuestro planeta.
Como buen participante de la vida de la Tierra su existencia natural está basada en ciclos
de generación y absorción que permiten mantener un equilibrio en la concentración en el
ambiente, es real aquello de que existen épocas históricas de la Tierra en que su
concentración ha aumentado o disminuido, también es real que dichas variaciones están
dentro del ciclo natural del planeta, por lo que son reguladas por éste. Así, el CO 2
generado por el sistema planetario es absorbido por los sumideros naturales de CO 2, los
que corresponden a vegetación verde (bosques, selvas) y océanos.

El CO 2 es un gas soluble en agua por lo que las grandes masas oceánicas son capaces
de disolver inmensas cantidades de gas e incorporarlas a su sistema de vida, este es un
proceso cíclico, toda vez que el CO 2 disuelto se incorpora como carbonato a la estructura
de moluscos, corales y microrganismos acuáticos, los que al morir se depositan en los
fondos oceánicos y dan inicio al proceso de transformación en combustibles.


Figura 1. Ciclo de generación y absorción de CO 2

La generación de carbonatos no es la única reacción que desarrolla el CO 2 con las aguas
de los océanos, al disolverse genera ácido carbónico (H 2 CO 3 ) que a su vez se disocia en
dos iones, hidrógeno (H + ) y bicarbonato (HCO 3 -1 ), acidificando el agua de mar.
Este ciclo de absorción y desorción se ha mantenido en equilibrio natural históricamente,
sin embargo, el aporte humano de CO 2 ha modificado dicho equilibrio desplazándolo hacia
grandes concentraciones atmosféricas, lo que se traduce en mayores niveles de
absorción por los océanos y pérdida de equilibrio en su sistema interior, lo que implica
aumento del nivel de acidez de los océanos y pérdida del equilibrio carbonato –
bicarbonato en su interior, lo que trae consigo cambios en el hábitat de las especies
marinas llevándolas a disminución en crecimiento e incluso desaparición, gran ejemplo
actual de ello, es la pérdida de grandes áreas de las barreras de coral.

Como hemos podido apreciar en este pequeño ciclo de gases de efecto invernadero, los
seres humanos tenemos gran responsabilidad en la pérdida de equilibrio natural de la
concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, lo que se traduce en
calentamiento global del planeta. Estamos en la hora límite para modificar nuestra
conducta y desarrollar nuestra vida en condiciones amigables con nuestro entorno, el
punto de no retorno está aquí, mañana solo lo lamentaremos.

Nuestra aporte al control y disminución de la emisión de gases de efecto invernadero es
sustancial, debemos conocer, conversar e intercambiar opiniones con nuestro entorno
cercano, familia, amigos, compañeros de trabajo, de estudio son esenciales, no existe ser
humano más activo que aquel consciente de su realidad de vida, para ello es necesario
estar debidamente informado.

Un segundo paso es conectarse con nuestro entorno, formar redes de acción, participar de ellas y presionar al sistema político – administrativo –
económico para la implementación de tecnologías limpias y verdes, debemos convertir nuestra visión medioambiental en parte de la cultura social. Es nuestra responsabilidad, nadie lo hará por nosotros y es nuestra deuda con el planeta que nos cobija, así como,
con las generaciones venideras.

Equipo Editorial Radio Nonguén

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