Por Danilo Ulloa, Sociólogo – Que Lavín se declare Social Demócrata tiene más que ver con el contexto donde lo dice que en realidad lo sea, pues seamos claros; sus creencias y convicciones lo instalan bastante lejos de la Social Democracia. Para ilustrar bien el asunto solo mirad dónde está Suecia y Chile en el gráfico de la modernidad que acompaña esta nota; y en Suecia ha sido la Social Democracia y sus políticas públicas la que sacó a ese país de la miseria huma en que estaba convertido a fines del siglo XIX, de hecho Chile llegó a tener mayor PIB per cápita que Suecia, y hoy la situación es más bien a la inversa.
Retomando: El contexto que nos convoca es el de una crisis final del modelo neoliberal como estrategia de desarrollo. El mismo Milton Friedman señaló: “Solo una crisis — real o percibida — produce cambios verdaderos. Cuando esa crisis ocurre, las acciones que se toman dependen de las ideas que están ahí́”.
¿Y cuáles son las ideas que están ahí? Las del Retorno del Estado. Mariana Mazzucato señala: “el Estado no es útil solo para corregir las imperfecciones de los mercados, sino que ha sido esencial en la creación de nuevos mercados”. Pues bien, en el Chile neoliberal, consagrado en la Constitución de 1980, el Estado no puede crear nuevos mercados, y así nos quedamos, 47 años desindustrializándonos y altamente dependientes de la inversión externa. Lo que es lo mismo a no tener ningún plan de desarrollo ni mercados y solo sentarse a esperar a que, desde afuera vengan a hacer la pega.
Además, la Constitución del 80 encerró al Estado en roles de mero administrador de la seguridad y de regular los conflictos entre los empresarios locales y las demandas ciudadanas. Mazzucato es clara en señalar: “Afectar las políticas tributarias a través del lobby es la peor forma de corrupción, pues el resultado continúa por mucho tiempo, sin que nadie se dé cuenta y todo se presenta como parte de una política de crecimiento”. De hecho, ha sido el contexto de una pandemia mundial la que a los más duro de mollera les ha mostrado la consecuencia de tener un Estado reducido a su mínima expresión como el chileno. El problema del retorno del Estado en Chile, no pasa por el Estado sino, por la constante propaganda contra el Estado que durante 47 años machacó esta opción y hoy se repite como mantra y para muchos ya pasó a ser una verdad.
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