Exportación de Concentrado de Cobre, una Farra Monumental
El cobre se comercializa mundialmente a la forma de concentrado, ánodos y cátodos. La diferencia entre ellos es el porcentaje de cobre de cada uno de los productos ofertados.
El concentrado de cobre es una masa que contiene aproximadamente un 30% de cobre, un 30% de azufre y un 40% de otros materiales. Este producto puede considerarse como materia prima para el proceso de fundición en donde se concentra el mineral llegando a porcentaje de cobre cercanos al 99,5% de pureza.
En el proceso de fundición (generación de ánodos) se produce la liberación de la fracción de azufre contenido en el concentrado siendo utilizada como materia prima para el proceso de producción de ácido sulfúrico. También se obtiene como subproducto el 40% de otros materiales entre los cuales es posible mencionar oro, plata, platino, selenio y paladio.
Los ánodos son llevados a un nuevo proceso de refinación electrolítica en donde se aumenta su pureza a valores de 99,99% de cobre. Durante el proceso de refinación se obtiene como subproducto lodos, que entre otros metales valiosos contiene oro, plata, rodio, molibdeno, rutenio, tierras raras.
De acuerdo a información proporcionada por el Consejo Minero la producción de cobre en Chile se ha movido en los últimos 20 años de la siguiente manera
Año Concentrado Cátodos Cobre de Fundición
% % %
2003 – 05 39 31 30
2010 33 39 28
2012 38 37 25
2017 48 29 23
2021 53 25 22
También es posible concluir que la relación de participación en la producción de cobre en el país entre el Estado y privados es
Participación Estado/Privados 29/71 %
(Fuente Informe Consejo Minero 2022)
Se espera que la producción de concentrado de cobre aumente en porcentaje en los años venideros, se estima que hacia el año 2030 la producción de concentrado de cobre sea del orden de 89% del total producido en el país. (Fuente Cochilco 2020)
Dado que le mercado del concentrado de cobre no se encuentra regulado producto de la diversidad de concentración y minerales involucrados en cada explotación, las ventas se llevan a cabo por medio de contratos privados, lo que se traduce en problemas para el Estado chileno al minuto de cobrar impuestos y royalties a las exportaciones mineras asociadas a este producto.
Los contratos privados son el reflejo de acuerdos entre dos conglomerados económicos y manifiestan particularidades acordadas en la negociación, las que en el caso en análisis incluyen normas de tolerancia de pago de minerales, esto es, bajo cierto porcentaje de mineral en el concentrado el comprador no paga dicho mineral, del mismo modo, otros minerales presentes en el concentrado no están incluidos en los contratos de compra venta, por lo que no son considerados como productos exportados pese a ser parte del concentrado.
La composición química del concentrado de cobre en nuestro país refleja hasta 38 tipos de minerales presentes en él, es posible mencionar: oro, plata molibdeno, zinc, selenio, antimonio, platino, paladio, arsénico, cadmio, sílice y tierras raras entre otros.
El organismo estatal encargado de controlar la exportación de concentrado de cobre y quién está llamado a determinar los porcentajes de los distintos minerales que acompañan al cobre en el concentrado es el Servicio Nacional de Aduana, información que será la base para determinar los impuestos a pagar respecto de cada tonelada de concentrado exportado por el país. Este control se realiza aleatoriamente, debiendo analizarse entre el 3% y el 10% de lo exportado, sin embargo, falta de personal especializado, laboratorios y fiscalización hacen que en la práctica se intente controlar en la medida de lo posible el porcentaje de oro, plata y molibdeno presente en los concentrados, esto hace que exista nula fiscalización respecto de otros minerales.
Un análisis presentado por los Senadores Alejandra Sepúlveda y Esteban Velásquez en su propuesta de proyecto de ley de regulación de las exportaciones de concentrado de cobre, utilizando información del Servicio Nacional de Aduanas de Antofagasta entre los años 2017 y 2021 estima una subfacturación respecto de contenidos de platino, paladio y selenio presentes en los concentrados exportados desde Antofagasta en dicho período de tiempo de US$ 119.664.470.383.-, (ciento diez y nueve mil seis cientos millones de dólares), lo que implica que el Estado chileno dejó de recibir en impuestos por esta subfacturación la suma de US$ 4.523.000.000.- (cuatro mil quinientos veintitrés millones de dólares) anuales.
Sin dudas es necesario avanzar en la propuesta de ley impulsada por los Senadores Sepúlveda y Velásquez que nos permita disponer de una regulación mínima respecto de la exportación de concentrado de cobre, esto se traducirá en mayor crecimiento económico y es una ayuda a la macroeconomía del país.
La realidad es que debemos pensar que como sociedad debemos avanzar en Desarrollo Económico más que solo en crecimiento económico como lo hacemos hoy, esto implica entre otras cosas, avanzar hacia la producción de productos con un mayor valor agregado, que en el caso particular analizado implica aumentar la fundición y refinación de cobre con el objeto de entregar un producto semi terminado al mercado y recuperar para el país los subproductos generados en dichos procesos. Esto también trae consigo beneficios adicionales como aumentar la mano de obra especializada, mejorar las competencias laborales, aumentar investigación y desarrollo internos y generar nuevos polos de producción que nos permitan pensar en mayor desarrollo, mejor distribución de ingresos y como consecuencia mayores niveles de dignidad a nuestro pueblo.
Artículo de opinión de Jorge Pozo Monardes
Imagen gentileza de Ingogate.cl